The titles of her works in Arabic (with English translation in brackets)
include:
- Al Bâhithat el-Bâdiyat (Beginning Female Researchers)
- Sawâneh fatât (Platters of Crumbs)
- Zulumât wa Ichâ'ât (Humiliation and Rumors…)
- Kalimât wa Ichârât (Words and Signs)
- Al Saha'ef (The Newspapers)
- Ghayat Al-Hayât (The Meaning of Life)
- Al-Mûsawât (Equality)
- Bayna l-Jazri wa l-Madd (Between the Ebb and Flow)
- Al Bâhithat el-Bâdiyat (Beginning Female Researchers)
- Sawâneh fatât (Platters of Crumbs)
- Zulumât wa Ichâ'ât (Humiliation and Rumors…)
- Kalimât wa Ichârât (Words and Signs)
- Al Saha'ef (The Newspapers)
- Ghayat Al-Hayât (The Meaning of Life)
- Al-Mûsawât (Equality)
- Bayna l-Jazri wa l-Madd (Between the Ebb and Flow)
May Ziadeh (1886 - 1941)
por: Eleonora Bruzual
Marie Ziadeh, como es realmente su nombre, nació en 1886 en Nazareth, Palestina, y empezó su carrera como escritora, en 1908, poco después que su familia emigrara a Egipto, que para la época, se encontraba bajo ocupación británica.
Como tantas otras familias de Mezzo Oriente de principios de siglo, los Ziadeh emigraron buscando mejores perspectivas económicas. Fue así como muchos intelectuales atraídos por una mejor calidad y oportunidad de vida y creación se trasladaron al Cairo, la gran metrópoli egipcia, y la convirtieron en un centro importantisimo para la literatura árabe.
Fue como siempre, la literatura, la primera forma para poder expresar plenamente los cambios en la sociedad Mezzo Oriental en este periodo de su historia, y es quizá por eso que vemos como durante ese tiempo, se introducen nuevos géneros como la novela y las pequeñas narraciones o historietas. Es bueno, aquí, aclarar que este proceso no fue el resultado exclusivo de las influencias europeas, también las cambiantes exigencias de un público que evolucionaba a la par de los tiempos y unas estructuras sociales en evolución llevaron a ello.
En este tiempo, paralelo a la formación y crecimiento de May Ziadeh, encontramos que es también el tiempo donde las instituciones educativas se modernizan y adquieren el estilo europeo; es el tiempo cuando, en el oriente musulmán, nace una nueva intelectualidad integrada por elementos de clase media y alta muy a menudo sin entrenamiento clásico, se incrementa y desarrolla la prensa escrita, crece el número de lectores , aparecen las primeras librerías y se impulsan los mercados editoriales.
En este tiempo, se ponen de moda -en las capitales cultas del mundo árabe- los Salones Literarios, conviertiéndose estos en Foros de opinión y discusión pública. Estos Salones Literarios vienen a convertirse en la oposición a las viejas formas representadas por los "Majlis" o sabios.
En este tiempo donde transcurre la juventud de May Ziadeh, El Cairo llega a tener más de cien de estos clubes y salones, algunos públicos y casi todos los otros privados y elitescos, pero todos con algo en común: sirvieron como un foro crítico para los nuevos intelectuales que buscaron promover una sociedad nacional rompiendo con normas tradicionales y convencionales y adoptando formas desconocidas para su discurso. Este es el clima intelectual donde florece el talento de May. Este es El Cairo que recibe a la que sería la gran escritora de Líbano. Este clima habrá de modelar su estilo literario y también su personalidad.
La familia completa de adapta a Egipto; su padre, un maestro libanés, ejerce como periodista en el Diario Al-Mahrusa de El Cairo y así comienzan a abrirse para May las páginas de muchas revistas egipcias, sobre todos aquellas de las comunidades Coptas y Sirio-cristianas. Allí destaca rápidamente May como poeta prolífica, traductora, oradora, ensayista y crítica literaria. Es el tiempo el el cual, ella estudia en la Universidad Egipcia, que había sido abierta en esa época.
May Ziadeh hablaba a la perfección cinco idiomas además de otros dialectos y lenguas. En su etapa de juventud, comienza a frecuentar grupos feministas llevada de la mano de Huda Shaarawi, quien liderizó los primeros brotes de feminismo del mundo árabe. En 1913, May empieza a organizar sus primeros salones literarios en la casa de sus padres. Aquí encontramos a esta fascinante mujer como una representante única de su tiempo. Un tiempo en el cual eran muy pocas las mujeres que se atrevían a despojarse del velo tradicional o decir y emitir sus opiniones públicamente.
El Salón Literario de May Ziadeh, fue si no el único, si de los pocos Salones que no pertenecían al mundo imperante de los hombres, salones que nunca recibían la presencia de mujeres en ellos. May fue la excepción, ella logró vencer esas barreras y ser convidada al mundo intelectual masculino.
Esta cristiana emigrante, fue aceptada entre los musulmanes, con su educación excepcional, en una sociedad tradicionalmente dominada por hombres. Sin embargo, esto hizo que ella se sintiera una forastera permanente. Nos preguntamos si esta sensación no llevó a May a crear esa personalidad de exilada y a convertirla en la eterna buscadora de una real integración social, expresada desgarradoramente en su pregunta
May Ziadeh se desgaja en sufrimientos grandes al enfrentarse con las preocupaciones de una sociedad que definía nuevos conceptos sociales y políticos, y esto pude ser la llave a la comprensión de su desarrollo literario.
May se educó en escuelas misioneras Libanesas, y esa educación primera la recibe en lengua francesa, lo que la lleva a que sus primeras creaciones, la colección de poemas Fleurs de Rêve, estén en francés, sin embargo, ella se consagró principalmente a escribir prosa después en árabe. Escribe ensayos y artículos que por su economía de expresión le son más apropiados al nuevo medio de la prensa y a sus objetivos como intelectual.
A May Ziadeh se le desarrolla un irrefrenable deseo de pertenencia y esto la conduce al terreno ideológico del Nacionalismo liberal, que canaliza en torno a la carismática figura de Ahmad Lutfi al-Sayyid, entonces editor del periódico Al-Jarida, para May es fascinante ese prodigio de pensamiento que no ata el concepto de nacionalidad a religión u origen. No es de sorprender esta fascinación de la escritora, ya que ella ya había incursionado en esa concepción anteriormente, cuando usaba seudónimos como Khalid Ra'fat y cuando "Musulmanizo" su nombre tan absolutamente cristiano Marie, por el de May, nombre que combinaba las primeras letras de su nombre real, pero que resultaba más aceptable a los oídos árabes. May Ziadeh será el nombre que le lleve a la fama, y la convierta en una "Modernizadora" de la literatura árabe y del pensamiento oriental.
May Ziadeh, con su inmenso talento, su completa educación, y su visión acertada del tiempo, orienta sus esfuerzos en la traducción simultanea al inglés, alemán y francés de los estudios biográficos de tres de las más importantes escritoras árabes, pioneras de la poesía: Warda al-Yaziji, A'isha Taymur, y Bahithat al-Badiya, lo que resultó algo único para ese tiempo.
May, fugazmente se inclina, después de la Revolución rusa, hacía el socialismo, y a través de sus escritos y artículos, expresa algunas de sus opiniones al respecto
Es también durante esa época, cuando se intensifica su relación epistolar e intelectual con el gran Khalil Gibran, relación que había comenzado en 1912. May se convierte así en una prolífica escritora de lo que se conocería como poesía prosaica o prosa poética. Su reputación como crítico también creció, y bajo este oficio, May hace que Gibran, se haga famoso en el mundo árabe, al comentar y analizar, en sus artículos, la obra del genial poeta.
Esta época de juventud es considerada la época más fructífera de May Ziadeh y es allí cuando escribe la mayoría de sus libros, principalmente las colecciones de artículos sobre sus viajes, literatura, crítica de arte, obras sobre lingüística y sus escritos sobre reformas sociales aparecen en ese momento. Si se comparan estas creaciones de May, con sus últimos escritos, no hay duda que los primeros son de más impacto y calidad. Estos libros publicados durante el periodo de su vida comprendido hasta 1926, hacen de May la más fuerte representante del romanticismo árabe. Aquí también queda clara la notable influencia de los románticos europeos, sobre todo los de la escuela francesa tanto, que May dedica uno de sus libros al gran poeta Alfonse Lamartine.
Esta es la Ziadeh que posee un marcado estilo sentimental, melancólico; un idioma muy emocional y metafórico; la que expresa y desarrolla temas que hablan de la opresión social, del amor atormentador y de la contemplación de la naturaleza como solaz y refugio. Esta expresión de May la desnuda como dolorosamente necesitada de cambios y como muchos de sus contemporáneos, presa de la pérdida de identidad y en desesperada búsqueda de una integración.
Con el pasar del tiempo, los trabajos literarios de May Ziadeh iban perdiendo un poco ese carácter romántico, y se va haciendo menos pronunciado.
No podemos aquí, dejar de resaltar a May Ziadeh periodista. Aquí, la escritora realiza, a través de su trabajo editorial en el periódico egipcio Al-Ahram, su verdadera cruzada en pro de las mujeres. Esta maravilla de posición militante de May como periodista, ha sido relegada y silenciada, y ha tratado de colocarla como una figura menor en ese campo, cosa que es absolutamente incierta e injusta. El gran papel de luchadora social y política jugado por May Ziadeh no ha sido todavía resaltado y no es por ello totalmente conocido. Es May Ziadeh un emblema de las luchas femeninas, aún cuando sobre ese rasgo de su quehacer, no se le haya dado la importancia inmensa que posee.
May Ziadeh es sin duda una mujer excepcional, Sus salones literarios, fueron, durante más de 20 años el centro del pensamiento intelectual del mundo árabe, y en ellos se codeaban por igual el tradicional Jeque de Azhari, Mustafa Abd al-Raziq, junto a Shibli Shumayyil un pensador darwiniano. Esta era May... y este era su salón literario, tan diferente por ejemplo a aquellos que leemos en la crónica de su tiempo, y que también existían en ese mundo de la cultura mezzo oriental, como los salones de Maryana Marrash en Aleppo o Mari Ajami en Damasco.
May se propone, como mujer de vanguardia intelectual crear un verdadero compromiso entre el árabe clásico y el idioma familiar, haciendo así una normativa lingüística simplificada. Cada martes, por más de 20 años, en los salones de May Ziadeh brillaba el intelecto y la inteligencia.
Sólo conseguimos salones intelectuales similares a los de May Ziadeh en la apoteosis del romanticismo alemán, donde en Berlín encontramos los liderizados por dos insignes mujeres judías Henriette Hertz y Rachel Levin Vernhagen.
Aquí he sentido de justicia, dar a conocer a May Ziadeh, quien ha sido más conocida por su relación epistolar y platónica de más de 20 años, con el poeta Gibran Khalil Gibran , que por su importancia relevante en la intelectualidad árabe y universal. Sobre la May de los sueños de poeta Gibran, hay que resaltar como hecho único y mágico, que ellos nunca se conocieron personalmente, aunque ininterrumpidamente, hasta la muerte de Gibran, se unieron más y más en un extraño y apasionado amor. Ambos se admiraron mutuamente, y sin duda que May dejó muy claro su inmenso amor por el poeta.
May, ya en la madurez de su vida, con la muerte de sus padres y la temprana desaparición de su amado Gibran, se encontró confinada a los límites de los convencionalismos sociales, los mismos que ella valiente y temeraria había enfrentado y doblegado. Es así que sin apoyo de la familia, le faltó la base de respetabilidad que en el mundo árabe requiere una mujer.
Esto la llevó a padecer una depresión temporal alrededor de 1935. Es la época, cuando sus parientes más cercanos, a través de tretas, la logran declarar incapacitada mentalmente, y la encierran en un hospital para enfermos mentales en Beirut.
Gracias a un grupo de amigos, entre ellos el famoso e influyente Jeque Amin Al-Rihani, finalmente se logró, con ayuda de una intensa campaña de prensa llevada a cabo a través de periódicos libaneses, sacarla de su encierro, y es en ese momento, cuando para probarle al mundo libanés y árabe en general, la salud mental de May, que organizan una conferencia pública en la Universidad Americana de Beirut.
En 1939, May decide regresar a El Cairo, para allí vivir en un aislamiento completo. Durante esos últimos años de su vida, May Ziadeh, no se abstuvo de escribir. Gracias a las recopilaciones, que de los textos y escritos de May, ha realizado Salma Al-Haffar al-Kuzbari, se ha podido demostrar la intensa actividad creativa de la artista en este período final de su vida. May escribió y publicó brevemente hasta muy poco tiempo antes de morir. Según algunos comentarios de amigos y relacionados, May Ziadeh fue productiva intelectualmente hasta en la oscura temporada cuando fue internada como enferma mental. Desgraciadamente, sus manuscritos de este periodo no se conocen aún.
May no se recuperó jamás del susto de ser tildada de loca e internada por ello, esto, aunque no frenó su producción intelectual, si la llevó a asumir una marcada actitud de misticismo, y le creó casi una comparación obsesiva con su destino trágico, y el del poeta ciego Abbasid Al-Ma'arri. No hay duda, que May Ziadeh, aún con su genialidad, su talento, su fuerza y valor, no pudo vencer ese principio, sino maldito, que pareciera atenazar a la mujer oriental, y que no es otra cosa más que la identificación clásica y predominante de una cultura, que señala que tanto el "Cuerpo como la Palabra de una Mujer" deben ser siempre, sujetas y bajo normativas impuestas por los hombres.
A la muerte de May Ziadeh, muchos velos se han corrido. Muchos mitos se han aclarado. May recobró honores como mujer y como creadora, honores que intentaron arrebatarle al final de su vida. Hoy son múltiples las elegías, oraciones fúnebres y recuerdos para May, ahora se le pone su nombre a calles en Alejandría y Beirut, pero nada de esto, habrá de revertir el hecho de que May Ziadeh fue la víctima de las insinuaciones más malévolas.
Calumniada por supuestas relaciones amorosas con varios invitados de su salón, también le endilgaron prácticas de masonería, y se sospechó de presuntas actividades conspiratorias en favor de fuerzas extranjeras, hasta se rumoró que podía ser acusada de traición a su patria.
Por eso nos preguntamos, si alrededor de esta mágica presencia del talento femenino, no se repitió la eterna confusión entre genio y locura.
Los viles manejos de una figura y una imagen extraordinaria como lo fue May Ziadeh, han llevado hasta el extremo de producir una serie de televisión, transmitida en los países árabes, donde colocan a May como una "Mujer fatal" libertina e inconsistente. La imagen de May Ziadeh ha sido muchas veces, torcida y manipulada, pero nada de esas viles acciones podrá jamás oscurecer la personalidad luminosa de esta mujer del oriente, gloria de las letras universales.
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